El Ministerio de Salud de la Nación oficializó este lunes la obligatoriedad de la receta electrónica para todas las indicaciones médicas, a través de la Resolución 2214/2025 publicada en el Boletín Oficial. La medida alcanza a la prescripción de medicamentos, estudios, prácticas, procedimientos y dispositivos médicos, y marca un paso importante en la digitalización del sistema sanitario argentino.
Desde la Unión de Usuarios y Consumidores valoramos los avances hacia una mayor trazabilidad, transparencia y seguridad en las indicaciones médicas, pero también advertimos que la medida presenta desafíos concretos que deben ser abordados para garantizar el derecho al acceso a la salud en condiciones de equidad.
¿Qué cambia con esta nueva normativa?
A partir de ahora, todas las órdenes médicas deberán emitirse en formato electrónico, mediante plataformas registradas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales de Salud (ReNaPDiS). Cada prescripción contará con una Clave Única de Identificación de Receta (CUIR) que permitirá ubicar cada receta de manera precisa y evitar duplicaciones, lo que busca mejorar la seguridad del paciente y el control sanitario.
Además, la resolución exige la identificación unívoca del paciente a través del CUIL, y establece mecanismos específicos para la digitalización de recetas archivadas o de prescripción restringida, como las que incluyen psicotrópicos y estupefacientes, que deberán conservarse durante al menos tres años.
Avances, sí. Pero no para todos por igual
Uno de los aspectos que más preocupa es el impacto de esta medida en regiones del país con conectividad limitada o escaso acceso a herramientas digitales. Si bien la normativa prevé que en estos casos se seguirá aceptando la receta en papel, es fundamental que no se genere una discriminación indirecta en el acceso a tratamientos médicos, especialmente en zonas rurales o vulnerables.
También será clave que se garantice la capacitación de profesionales de la salud, la adecuación de farmacias y centros de salud, y el soporte técnico a pacientes mayores o con menor alfabetización digital, para evitar barreras en el acceso a medicamentos y tratamientos.
Los plazos de implementación
- 45 días para garantizar la identificación unívoca de las recetas.
- 90 días para incorporar la prescripción electrónica de recetas archivadas.
- 120 días para implementar la digitalización de recetas restringidas.
Desde la Unión de Usuarios y Consumidores seguiremos de cerca la implementación de esta medida, exigiendo que se cumplan los plazos y que el proceso se lleve adelante con una perspectiva de inclusión digital, equidad sanitaria y acceso universal.
La digitalización puede ser una herramienta poderosa, siempre que no deje a nadie atrás.