Lácteas al rojo vivo: cuatro gigantes al borde de la quiebra

La industria láctea argentina atraviesa una de sus crisis más profundas. SanCor, ARSA, Lácteos Verónica y La Suipachense, cuatro históricas compañías del sector, enfrentan deudas millonarias, plantas paralizadas y miles de puestos de trabajo en riesgo.

El panorama es alarmante: más de 2.200 trabajadores directos se encuentran con salarios atrasados, suspendidos o directamente sin tareas. A esto se suma el efecto en cascada sobre tambos, proveedores, comercios y comunidades enteras del interior productivo.

Una crisis con múltiples causas

La caída del consumo interno, el aumento de costos de producción, la falta de financiamiento accesible y problemas de gestión empresarial se combinaron en un cóctel explosivo que llevó a estas empresas a situaciones extremas:

  • SanCor: en concurso preventivo desde hace años, con plantas casi paralizadas y un pasivo superior a los u$s 400 millones.
  • ARSA: con plantas cerradas y denuncias de vaciamiento, acumula cheques rechazados por miles de millones.
  • Lácteos Verónica: con tres plantas en Santa Fe, enfrenta sueldos atrasados, despidos y más de 2.800 cheques rechazados.
  • La Suipachense: su producción cayó a cero y la comunidad local, altamente dependiente de la empresa, vive horas de angustia.

El impacto social y económico

El derrumbe de estas empresas no se limita a sus balances internos. En los pueblos donde operan, cada planta cerrada implica:

  • Comercios sin ventas.
  • Transportistas sin trabajo.
  • Familias enteras en riesgo por la pérdida de su fuente principal de ingresos.

La situación de Suipacha es un ejemplo extremo: más del 60% de las familias dependen directa o indirectamente de la planta local.

Lo que está en juego para los consumidores

Más allá del empleo y la producción, esta crisis también afecta a los consumidores:

  • Menor oferta de productos lácteos tradicionales y marcas históricas.
  • Avance de segundas marcas, más baratas pero de calidad variable.
  • Riesgo de concentración del mercado, con menos competencia y precios más inestables.

Nuestra mirada

Desde la Unión de Usuarios y Consumidores entendemos que esta crisis no es solo empresarial, sino social y de consumo. La caída de empresas emblemáticas golpea de lleno a las economías regionales y a los consumidores que ven reducida su capacidad de elección.

Defender la producción nacional de alimentos básicos como la leche y sus derivados es también defender el derecho al consumo justo y accesible