La Oficina Municipal de Defensa del Consumidor de Rosario advierte un aumento sostenido en los casos de endeudamiento cotidiano. Las familias recurren cada vez más a las tarjetas, préstamos y billeteras digitales para llegar a fin de mes.
En Rosario, la situación económica de muchas familias se deteriora mes a mes. Desde la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor señalan un incremento en las consultas de personas que no logran afrontar los pagos de sus tarjetas o préstamos. La mayoría expresa angustia ante un ciclo que se repite: endeudarse para pagar otra deuda.
Según el organismo, la tendencia comenzó a intensificarse tras la devaluación de enero de 2024, que redujo el poder adquisitivo y modificó los hábitos de consumo. Cada vez más hogares utilizan la tarjeta de crédito para cubrir gastos esenciales como alimentos o medicamentos, dejando atrás el uso tradicional del crédito para compras puntuales o bienes durables.
“Hoy la gente usa la tarjeta para llenar la heladera o comprar remedios”, describen desde la Oficina. Este cambio atraviesa todos los sectores sociales: trabajadores formales, monotributistas y jubilados enfrentan las mismas dificultades para sostener sus finanzas.
Los datos del Banco Central confirman esta tendencia: el 7,4% de los créditos familiares se encuentra en condición de irregularidad, casi tres veces más que en épocas normales. En paralelo, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) relevó que el 68% de las mujeres del Gran Rosario debió recurrir a créditos o tarjetas para cubrir gastos diarios, mientras que el 76% afirma estar peor que el año pasado.
El fenómeno también se agrava con la expansión de préstamos informales y la aparición de agencias de cobranza que operan en los márgenes de la legalidad. Los prestamistas barriales y las billeteras virtuales no reguladas ofrecen créditos rápidos con tasas elevadas, generando un círculo de endeudamiento cada vez más difícil de cortar.
Desde la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor advierten sobre el riesgo de esta dinámica: “Hay préstamos que se devuelven con un 10% de interés mensual. En pocos meses, la deuda se multiplica y el nivel de presión sobre las familias es insostenible”.
La situación se complejiza aún más cuando, ante la falta de pago, los bancos informan la morosidad al Banco Central, lo que deja a muchas personas sin acceso al crédito formal. En ese escenario, las opciones que quedan son las financieras no reguladas o los préstamos informales, donde incluso se registran casos de hostigamiento y amenazas.
El endeudamiento doméstico, que ya afecta a más del 90% de las familias argentinas, se consolida así como una de las caras más duras de la crisis económica. En un contexto de pérdida del poder adquisitivo y suba de precios, vivir fiado se ha convertido en una estrategia de supervivencia para miles de hogares.
Desde las asociaciones de defensa del consumidor se insiste en la necesidad de políticas públicas que regulen el crédito informal, garanticen la transparencia en las condiciones de financiamiento y promuevan mecanismos de acompañamiento para los hogares endeudados.
Fuente: Oficina Municipal de Defensa del Consumidor de Rosario / Banco Central / ISEPCI
Redacción: Unión de Usuarios y Consumidores
